Nos encontramos con unos contrastes paisajísticos que nos hacen dudar de que estemos todo el tiempo en la misma isla, algunas zonas, realmente escarpadas o pseudo desérticas son un contraste con otras repletas de naturaleza, aunque esta es su grandeza y una de las razones para conseguir unos vuelos baratos a Tenerife. En el segundo caso podemos encuadrar al Macizo de Anaga, donde los vientos húmedos alimentan el color orgánico, mientras que entre esas regiones más desérticas, la playa del Médano y su montaña roja, nos aportan un momento en ocasiones casi místico.
Lo cierto es que es un lugar donde relajarse, contemplar la puesta de sol mientras la brisa, cargada de mar, nos acaricia y nos mece hasta casi hipnotizarnos. Un lugar que aún hoy nos aporta esa tranquilidad y atemporalidad de las tierras del magreb, las que nos trasladan a un tiempo en el que nada más existe para nosotros, sin estrés, sin horarios, sin rutina. En esta Achined lo único que nos ocupa la mente, a parte de la tranquilidad, es la duda de cual de los múltiples parajes naturales será el que visitemos mañana, quizás los Acantilados del Macizo de Teno, quizás un paseo por el paisaje lunar.
Realmente es lo que nos aporta, una variedad de Parques Naturales, de actividades que van desde el submarinismo y el avistamiento de ballenas hasta la espeleología. Lo que unido a los atractivos más popularizados hacen que realmente merezca la pena un viaje a Tenerife, redescubrir una isla que es mucho más que un spot de televisión, que tan solo una playa, es eso pero también mucho más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario