martes, 25 de mayo de 2010

Socotra y la sangre del dragón


Socotra, del sánscrito felicidad, es un archipiélago situado en el Índico, formado por 4 islas en el Golfo de Adén, y pertenecientes a Yemen, aunque muy próximo a Somalia. Por sus características y situación la naturaleza ha evolucionado de una forma muy peculiar en estas tierras insulares.

No todas las islas están habitadas, siendo la que comparte nombre con el archipiélago la mayor y donde se concentra la inmensa mayoría de los escasos habitantes del mismo. El sobrenombre de la sangre del dragón se debe a una curiosidad, la resina de uno de sus árboles endémicos, al igual que ocurre con una planta canaria, tiene savia roja, lo que alimenta la leyenda del árbol del dragón.

La historia de las islas, un tanto desconocida, nos ofrece referencias a ellas en escritos de tiempos de Alejandro Magno, quien las conquistó por estar repleta de áloes, muy apreciados en la época para curar heridas. El geógrafo árabe Abu Zaid Hassan también hace alusión a Socotra, definiendo a sus escasos habitantes como cristianos nestorianos.

En el S.XVI fue conquistado por el explorador luso Tristao de Cunha, pasando a formar parte de la Portugal colonialista. En esta época apenas quedaban restos del cristianismo, tan solo la costumbre de los isleños de adorar cruces de piedra.


En cuanto a su naturaleza, casi lo más importante en esta isla, es básicamente endémica, pues las condiciones de aislamiento han creado una flora y fauna únicas. Esto también implica una gran sensibilidad respecto a la aparición de especies ajenas traídas por el hombre, caso de las cabras.

Socotra y la sangre del dragón


Socotra, del sánscrito felicidad, es un archipiélago situado en el Índico, formado por 4 islas en el Golfo de Adén, y pertenecientes a Yemen, aunque muy próximo a Somalia. Por sus características y situación la naturaleza ha evolucionado de una forma muy peculiar en estas tierras insulares.

No todas las islas están habitadas, siendo la que comparte nombre con el archipiélago la mayor y donde se concentra la inmensa mayoría de los escasos habitantes del mismo. El sobrenombre de la sangre del dragón se debe a una curiosidad, la resina de uno de sus árboles endémicos, al igual que ocurre con una planta canaria, tiene savia roja, lo que alimenta la leyenda del árbol del dragón.

La historia de las islas, un tanto desconocida, nos ofrece referencias a ellas en escritos de tiempos de Alejandro Magno, quien las conquistó por estar repleta de áloes, muy apreciados en la época para curar heridas. El geógrafo árabe Abu Zaid Hassan también hace alusión a Socotra, definiendo a sus escasos habitantes como cristianos nestorianos.

En el S.XVI fue conquistado por el explorador luso Tristao de Cunha, pasando a formar parte de la Portugal colonialista. En esta época apenas quedaban restos del cristianismo, tan solo la costumbre de los isleños de adorar cruces de piedra.


En cuanto a su naturaleza, casi lo más importante en esta isla, es básicamente endémica, pues las condiciones de aislamiento han creado una flora y fauna únicas. Esto también implica una gran sensibilidad respecto a la aparición de especies ajenas traídas por el hombre, caso de las cabras.

lunes, 10 de mayo de 2010

Islas Azores, las islas azules

Las Azores, de nombre conocido en la península por el anticiclón del mismo nombre y que determina el clima peninsular, son también el conjunto de islas portuguesas en el archipiélago de macaronesia. Las primeras historias sobre su existencia datan de fechas anteriores a la Edad Media, sin embargo son de esta época las primeras referencias más o menos claras que aluden a su existencia.
Las islas, inhabitadas antes de la llegada de los portugueses, o al menos en el momento del desembarco de estos, tienen una riqueza natural que le otorgan su principal atractivo.

De atractivos colores, con numerosos recursos hídricos, el reflejo de la luz en las islas creo algunas de las leyendas sobre el origen de su nombre.
Algunos dicen, aunque no es muy probable, que se debe a la existencia de azores, aves rapaces de las que realmente no hay constancia hubiera en la isla. Algo más de base tiene la teoría que la liga al vocablo de origen genovés azzurre, azul, algo que tendría bastante lógica. La razón de esto es la existencia de un liquen del que se obtiene un tinte azulado, un más que probable origen para el nombre.

Otro aspecto que determinó la historia de las islas, tras la conquista portuguesa, era su posición estratégica en la ruta al nuevo mundo, además de encrucijada entre Europa, América y África. Algo que le confirió importancia y riquezas.

A día de hoy, como lugar de visita recomendada, nos permite disfrutar de naturaleza y la sensación de relax que nos transmite. Estas islas azules, poco conocidas para el turismo español, son todo un descubrimiento y un concepto bastante diferente de la imagen de islas que solemos tener.